El universo siempre nos ha tenido maravillados con sus misterios y su inmensidad. Entre tantos elementos que conforman el cosmos, existen los agujeros negros, cuerpos celestes de los que aún tenemos mucho que aprender. Hoy, nos embarcamos en el viaje de descubrir un fenómeno cósmico particularmente especial: OJ 287.
Sería fácil categorizar a OJ 287 simplemente como un agujero negro, pero se queda corto para describir su magnitud. Es un sistema binario de agujeros negros supersónico, una pareja de agujeros negros que giran el uno alrededor del otro. Pero, ¿qué lo hace tan especial?
El núcleo de la galaxia OJ 287 acoge al agujero negro con mayor masa que conocemos, con 18 mil millones de veces la masa del sol. Pero el espectáculo verdaderamente cautivante es la danza cósmica que este gigante lleva a cabo con su pareja, un agujero negro más pequeño con "sólo" 150 millones de veces la masa del sol.
Cada doce años, el agujero negro más pequeño, movido por la atracción gravitatoria que ejerce su coloso compañero, se sumerge a través del disco de acreción -la nube de gas y polvo- que rodea al agujero negro más grande. Esta maniobra desencadena destellos brillantes de radiación, que se observan desde la Tierra como subidas de luz.
Este fenómeno, que sólo dura unos pocos días, ocurre con un reloj cósmico asombrosamente regular. De hecho, la previsibilidad de estos destellos ha permitido a los astrónomos calcular con gran precisión el momento en que sucederán.
OJ 287 proporciona un laboratorio natural para poner a prueba las predicciones de la Teoría de la Relatividad General de Albert Einstein. La posición y la velocidad del agujero negro más pequeño de la pareja están determinadas por la influencia gravitatoria de su compañero más grande. Pero esta danza se ve afectada por la emisión de ondas gravitacionales, diminutas ondulaciones en el espacio-tiempo predichas por Einstein.
En 2016, los astrónomos utilizaron las observaciones de OJ 287 para confirmar una predicción fundamental de la teoría de Einstein. Observaron que la órbita del agujero negro más pequeño estaba cambiando en exactamente la manera que Einstein había predicho. Su órbita tiene forma de una elipse que se va cerrando lentamente, un fenómeno conocido como precesión.
Cuando pensamos en agujeros negros, lo que suele venirnos a la cabeza es la imagen de un pozo oscuro de gravedad del que nada, ni siquiera la luz, puede escapar. Sin embargo, los agujeros negros como OJ 287 nos recuerdan que estos objetos son mucho más que eso. Pueden ser fuentes de luz increíblemente brillantes, gracias a la energía que se libera cuando la materia cae en ellos.
Los destellos de OJ 287, que ocurren cuando su agujero negro más pequeño zambulle en el disco de acreción del más grande, son algunos de los objetos más brillantes del cielo nocturno. Incluso aunque estas explosiones sólo duran unos pocos días, son suficientemente brillantes como para ser vistas a 3.5 miles de millones de años luz de distancia.
Estos destellos nos ofrecen una ventana única al corazón de este sistema binario de agujeros negros y nos aportan información crucial sobre las propiedades de la materia y la energía en las condiciones extremas que rodean a estos gigantes de la gravedad.
OJ 287 es más que un agujero negro; es un faro cósmico, un espía de los confines más lejanos del Universo, y un prolífico comprobador de la teoría más importante de la física moderna. Mientras continúa su danza con su pareja, seguirá siendo una de las joyas más brillantes en el tesoro astronómico que es nuestro universo.
Recordar OJ 287 es recordarnos a nosotros mismos que en la exploración de los cielos, cada descubrimiento revela nuevas capas de misterio y maravilla. Porque en la vastedad del universo, siempre hay algo nuevo que aprender.
Artículo publicado el 30 Dec 2023
Nota: las imágenes de este artículo no son reales, se intenta buscar algo más creativo y figurativo.
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