Luna de lobo de enero, copyright - Antoni Zegarski -
El mes pasado fuimos testigos de una maravilla celestial: la luna llena, un fenómeno que se repite aproximadamente cada 29.5 días, correspondiendo al periodo en el que nuestro satélite natural, la Luna, completa una órbita alrededor de la Tierra y atraviesa todas sus fases hasta que su hemisferio visible desde nuestro planeta queda completamente iluminado por la luz del Sol reflejada.
Esta pasada luna llena se hizo especialmente célebre, adquiriendo varios nombres atribuidos por distintas culturas indígenas que se basan en las características de la estación o comportamientos de la fauna. Nombres como Luna de Hielo, Luna de Quedarse en Casa y Luna Tranquila aplauden su aparición en pleno invierno. Sin embargo, resalta el nombre de Luna del Lobo, honorífico al canido que aúlla con potencia durante este periodo invernal, y que coincide con el mes de enero según el calendario occidental moderno.
La imagen destacada, presenciada sobre los Alpes italianos, es fruto de la combinación de exposiciones largas y cortas, permitiendo capturar tanto el detalle del satélite como la suavidad de las nubes circundantes. Esta espectacularidad visual ha provocado diversas interpretaciones: hay quienes ven en el conjunto de nubes una forma que asemeja la boca de un lobo presto a engullir la Luna del Lobo, mientras que otros imaginan que la luna llena toma el papel del ojo de este emblemático animal.
Además de su valor cultural, la luna llena de enero tiene otros añadidos interesantes. Por ejemplo, la Luna se encontraba cerca del apogeo, el punto más alejado de su órbita con respecto a la Tierra, lo que ocasionó que su tamaño aparente fuese ligeramente menor – un fenómeno conocido como Micromoon en contraposición al popular Supermoon. También, las posiciones planetarias y el brillo particular de la luna permitieron una observación astronómica excepcional para los aficionados y profesionales del cielo nocturno.
La observación de la luna llena es más que un evento astronómico; es un encuentro que invoca el asombro, la reflexión y el reconocimiento de la diversidad cultural con la que interpretamos lo que vemos en el cielo. Cada luna llena nos trae una historia distinta, y la Luna del Lobo de enero ciertamente ha dejado huella en el tapestry del espacio-tiempo que envuelve nuestro planeta.
Artículo actualizado el martes, 13 de febrero de 2024
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