Luna y anillos de humo del Etna, copyright - Dario Giannobile -
¿Puede su volcán hacer esto? Para sorpresa de algunos, el Monte Etna emite de vez en cuando anillos de humo. Técnicamente conocidos como anillos de vórtice, las paredes del volcán ralentizan ligeramente el exterior de las bocanadas de humo emitidas, lo que provoca que el gas interior se mueva más rápido. Se desarrolla un círculo de baja presión de manera que la bocanada de gas y ceniza volcánica emitida gira formando un anillo, una estructura geométrica familiar que puede ser sorprendentemente estable a medida que asciende. Los anillos de humo son bastante raros y necesitan una coincidencia de la geometría adecuada del conducto, la velocidad correcta del humo eyectado, y la calma relativa de la atmósfera exterior.
En la imagen destacada, tomada hace aproximadamente dos semanas desde Gangi, Sicilia, Italia, son visibles múltiples anillos de humo volcánico. La escena está sombreada por la luz roja de un Sol al amanecer, mientras que una Luna creciente es visible en el fondo.
Los anillos como estos son un recordatorio fascinante de la complejidad de los fenómenos naturales y cómo elementos como la física de fluidos pueden manifestarse de maneras visuales espectaculares. La capacidad del Monte Etna para producir estos anillos sugiere una combinación peculiar de estabilidad estructural en el cráter y condiciones atmosféricas, algo no comúnmente observado en otros volcanes.
El Monte Etna, uno de los volcanes más activos del mundo, no solo es conocido por sus erupciones espectaculares sino también por este tipo de fenómenos menos explosivos pero igual de intrigantes. Estudiar estos anillos no es solo interesante para los vulcanólogos; físicos y meteorólogos también pueden encontrar en ellos una rica fuente de información para comprender mejor las propiedades de los vórtices y su comportamiento en diferentes medios y condiciones.
Este tipo de imágenes no son solo de gran valor científico, sino que también capturan la imaginación del público y sirven como recordatorio de la dinámica siempre cambiante de nuestro planeta. La próxima vez que el Monte Etna haga de las suyas, no solo busquemos las columnas de humo y ceniza, sino también mantengamos un ojo abierto por los caprichosos y elusivos anillos de humo que pueden danzar brevemente en el cielo siciliano.
Artículo actualizado el lunes, 22 de abril de 2024
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