Entre los fenómenos más impresionantes del cielo nocturno, las auroras boreales ocupan un lugar destacado, con colores que danzan en la atmósfera superior. Pero hay ocasiones en que la naturaleza nos ofrece algo aún más exclusivo: el Arco de Auroras Rojas Estables (SAR, por sus siglas en inglés).
El Arco SAR es una maravilla natural sumamente rara, y su estudio apenas comenzó en 1954. Este fenómeno se caracteriza por un inusual halo rojo que lo distingue claramente de las típicas auroras de colores verdes y rojizos. Recientemente, una fotografía panorámica captó prácticamente un arco SAR entero, que puede apreciarse en la imagen obtenida desde Poolburn, Nueva Zelanda, durante una tormenta geomagnética de gran actividad.
La formación de estos arcos sigue siendo motivo de investigación intensiva, pero todo apunta a la interacción con el campo magnético terrestre. Este campo, generado por el flujo de hierro fundido en el interior de nuestro planeta, es usualmente un escudo que desvía las partículas cargadas provenientes del viento solar hacia los polos de la Tierra.
Sin embargo, el mismo campo magnético también atrapa un anillo de iones cerca del ecuador, los cuales pueden incrementar su energía gracias al magnetismo de la tierra durante periodos de alta actividad solar. Los electrones energizados en este anillo de iones pueden chocar y excitar el oxígeno más alto en la ionosfera terrestre que en las auroras comunes, causando que el oxígeno emita un resplandor rojo.
Curiosamente, investigaciones recientes han revelado que un arco SAR rojo tiene la capacidad de transformarse en un fenómeno conocido como STEVE (Strong Thermal Emission Velocity Enhancement), el cual se manifiesta como una banda de luz de colores púrpura y verde. Esto marca no solo la belleza del fenómeno, sino también la complejidad de las interacciones en la frontera entre la Tierra y el espacio.
Este tipo de estudios en la física espacial no solo nos permite admirar las maravillas celestes con mayor conocimiento, sino que también ayuda a comprender mejor cómo la Tierra interactúa con el entorno espacial. A medida que continuamos explorando y desentrañando los misterios del universo, fenómenos como los arcos SAR nos recuerdan lo mucho que aún queda por descubrir y entender sobre nuestro propio planeta y su lugar en la vastedad del cosmos.
Artículo actualizado el miércoles, 3 de enero de 2024
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