Cometa, Planeta, Luna, copyright - Juan Carlos Casado -
Los entusiastas de la astronomía disfrutaron recientemente de un espectáculo celestial excepcional en el cielo occidental, poco después del atardecer. Tres objetos brillantes captaron su atención, cada uno ofreciendo una perspectiva única sobre la inmensidad de nuestro sistema solar y el espacio más allá.
Primero, la Luna en su fase creciente dominaba en la parte superior izquierda del cielo. La luz del sol que se reflejaba primero en la Tierra iluminaba de manera tenue el resto del disco lunar, regalando esa vista familiar de la "luz cenicienta" que tanto fascina a quienes levantan los ojos al cielo nocturno.
Más allá, Júpiter, el gigante gaseoso que ostenta el título del planeta más grande de nuestro sistema planetario, se mostraba hacia la izquierda con su brillo constante, un faro en la vastedad del espacio. Júpiter no solo es notable por su tamaño, sino también por su sistema de lunas que, con los equipos adecuados, puede ser apreciado por los entusiastas de la astronomía desde la Tierra.
Sin embargo, la joya de la corona en esta particular alineación fue sin duda el Cometa 12P/Pons-Brooks, ubicado por debajo de la Luna. Este visitante helado mostraba una pequeña cola de polvo hacia la derecha, pero lo más impresionante era su cola de iones, que se extendía hacia arriba como un saludo despedida al sistema solar interno.
La imagen destacada, que se capturó cerca del pueblo de Llers, en la provincia de Girona (España), es un conglomerado de varias tomas consecutivas en una misma ubicación con la misma cámara, una técnica común en astrofotografía para captar con mayor detalle fenómenos de esta naturaleza.
El Cometa Pons-Brooks, que debe su nombre a los astrónomos Jean Louis Pons y William Robert Brooks que contribuyeron en su descubrimiento y redescubrimiento respectivamente, alcanzó su punto más cercano al Sol la semana pasada. Acto seguido ha comenzado a atenuarse mientras se dirige hacia los cielos del sur para emprender su largo viaje de retorno a las fronteras exteriores de nuestro sistema solar, hacia esa región conocida como la nube de Oort, donde espera pacientemente su siguiente pasaje cerca de nuestro Sol en muchas décadas más.
Este tipo de eventos son un recordatorio sublime de las maravillas que nos ofrece el cielo nocturno y la importancia de seguir explorándolo. Observaciones como esta nos conectan no solo con el presente astronómico, sino también con su historia, marcada por generaciones de astrónomos cuyos descubrimientos han permitido que hoy podamos disfrutar de tales espectáculos.
Artículo actualizado el lunes, 29 de abril de 2024
¡Hola, cosmoscuriosos! Soy Enrique, apasionado por las estrellas y los vastos misterios del universo. Decidí crear este blog para compartir mi fascinación por la astronomía, explorar juntos los últimos descubrimientos y conectar con almas aventureras que anhelan comprender el cosmos. ¡Únanse a mi viaje estelar!
